Carta a la sangha de Raphaël Doko Triet, abad del templo
«Antes o después, cada cual comprende que es un bodhisattva y que, al final, esa es la razón por la que ha tomado forma humana.»
Han terminado las sesiones de verano, también las vacaciones y hemos retomado la práctica, a pesar de que las condiciones sanitarias son aún desfavorables.
Os invito a continuar, a ser muy prudentes y a respetar la distancia justa. Eso nos permitirá mantener los dojos abiertos, seguir reuniéndonos y practicar juntos.
«En el reino vacío y brillante, condiciones y pensamientos se agotan; allí todo es claro, consciente y siempre está lleno de luz.»
Estas palabras de Keizan Jokin nos recuerdan hasta qué punto, en el Sutra del Loto, el despertar del buda Shakyamuni no es el fruto de un logro reservado a algunos budas que se suceden en el tiempo, sino que es el estado prometido a todos los seres, siempre que lleguen a comprender que lo poseen, igual que una perla colocada para ellos en el dobladillo de su ropa.
Antes o después, cada cual, hombre o mujer, comprende que es un bodhisattva, un ser despierto y que, al final, esa es la razón por la que ha tomado forma humana.
En la actualidad, cuando la inquietud recorre el mundo, dejo la palabra a Montaigne, el filósofo:
«Quiero que se actúe y que se alarguen los asuntos de la vida tanto como se pueda; y que la muerte me halle plantando coles, indiferente ante ella y, aún más, ante mi imperfecto jardín.»
De mi alma a tu alma. Raphaël Triet.