Un día preguntaron al Buda por qué parecían tan felices
sus monjes si solo comían una vez al día. Él contestó:
«No se deleitan con el pasado. No se preocupan por el futuro.
Viven en el presente. Por eso son felices.»
Zazen: simplemente sentarse…
El Zen es simplemente sentarse, el Zen es simplemente zazen.
Para muchos el Zen es una religión de Asia entre otras muchas. Sin embargo, incluso si se ha desarrollado en el seno de una de las más antiguas tradiciones budistas, es como el agua viva que brota siempre fresca, sin cesar renovada. Siempre es actual, siempre vivo, se recrea en cada instante.
El Zen no es ni un razonamiento ni una teoría ni una idea, no es un conocimiento que tenga que ser comprendido por el cerebro, sino una práctica: zazen, la exacta postura sentada. Recreación de uno mismo y comprensión del verdadero yo, sin austeridad ni mortificación, éste es el verdadero acceso a la paz y a la libertad.
La auténtica revolución se orienta hacia el interior de nuestro espíritu, se engendra por la práctica del Zen, profunda sabiduría a cuya esencia no podemos acceder sólo por medio del pensamiento lógico.
El Zen no es otra cosa que la práctica de zazen. Zen significa comprender la esencia; za, sentarse sin moverse, como una montaña


¿Por qué meditar?
El budismo zen se descubre en Occidente a principios del siglo XX a través de las artes marciales como el aikido, de la ceremonia del té, del arreglo floral o de los jardines japoneses.
La profundidad de su filosofía y la pureza de su estética provocaron entonces un notable entusiasmo en medios artísticos e intelectuales…, sin por ello desembocar en una práctica directa de la que zazen, la meditación zen, es la fuente. Hoy, frente a los desafíos con que se topa la sociedad occidental, la práctica de zazen, la meditación zen parece haberse convertido en algo más que importante, en algo necesario.
Hace 2600 años del Buda, gracias a la meditación, obtuvo la verdadera libertad. Hoy también gracias a zazen podemos experimentar una vida llena de sentido, inscrita en el momento presente y abierta a los cambios naturales de la existencia.
Con una práctica regular el ser humano recupera una estabilidad interior -una solidez- que le permite abordar con confianza las diferentes etapas de su vida. Zazen ofrece una oportunidad excepcional de experimentar la inmovilidad y el silencio. Permanecer sentado cuando todo se agita, aprender a quedarse quieto cuando el mundo se mueve a toda velocidad, aprender a «soltar» son algunos delos beneficios de la meditación zen.