Carta a la Sangha de Raphaël Doko Triet, abad del templo
Queridos amigos / Queridas amigas:
Por fin se abren las fronteras, las puertas de nuestro templo se abrirán de par en par y, al fin, van a empezar las sesiones de verano. La voz del bonsho resonará de nuevo y llevará lejos su canto.
Entonces, levantarse por la mañana y encaminar sus pasos al dojo: el doshi recorre los altares y ofrece incienso; amanece en el silencio de zazen; la ceremonia y la invitación a los patriarcas; la procesión con el canto del bonsho y de la campanita contando una historia que se representa desde la noche de los tiempos; el dharani recitado ante Idaten, luego el sutra de las comidas, la apertura de los cuencos y la genmai de tan delicado sabor.
La naturaleza original de buda que se encuentra en el corazón de todos los seres vivos es como la luminosa luna que no puede mostrarse mientras está velada por las nubes.
Cada mañana se repite la misma historia y cada vez el mismo asombro. Con mirada nueva y al mismo tiempo repetida hemos de descubrir cada mañana.
Los más antiguos deben guiar a los más jóvenes hacia el despertar desvelándoles la luna.
La naturaleza original de buda que se encuentra en el corazón de todos los seres vivos es como la luminosa luna que no puede mostrarse mientras está velada por las nubes.
De mi alma a tu alma,
Raphaël Doko Triet.