Carta a nuestra Sangha del maestro Raphaël Doko Triet, abad del templo Seikyuji.
Querios amigos,
Espero que estéis bien, a pesar del confinamiento al que estamos sometidos. No cometáis el error de pasar demasiado tiempo siguiendo la evolución del coronavirus en los medios de comunicación: provoca ansiedad, no sirve para nada y no salva a nadie. Entre el zazen de la mañana y el de la tarde, seguid con vuestras tareas y aplicaros a hacer las cosas bien.
Hace dos años comenté ampliamente el Tenzo Kyokun, las instrucciones para el tenzo, el cocinero. Como sabéis, a través de la práctica de la cocina, el Maestro Dogen explica en profundidad cómo vivir y comportarse desde la mañana hasta la hora de dormir; un día es como una vida. Dogen nos enseña cómo cada cosa tiene un lugar en el universo.
“¿No forma la práctica de la Vía, acaso, un único acorde?” Se podría decir que en esta partitura, sobre un único acorde, todos podemos tocar juntos una música maravillosa (…)
Dogen nos dice: “¿No forma la práctica de la Vía, acaso, un único acorde?” Se podría decir que en esta partitura, sobre un único acorde, todos podemos tocar juntos una música maravillosa, cada uno con su propio instrumento, es decir, cada uno con lo que es. El sí mismo cuando es sí mismo, no puede sino armonizarse con otro sí mismo. Siempre cuando aparecen notas falsas, provienen de la codicia, del egoísmo, del “quiero y no quiero”, del “estoy de acuerdo, no estoy de acuerdo”. Si abandonamos todo eso, la música se vuelve hermosa como la vida, simple, maravillosa. Si, al contrario, desde que nos despertamos por la mañana hasta que nos acostamos, nos resistimos y queremos tocar nuestra propia música, entonces todo se vuelve difícil.
Y esto, cada uno, puede ponerlo en práctica aunque sólo sea durante un período de tiempo: esa es también una forma de ayudar a los que sufren, a los que curan a los enfermos, a los que mueren.
Han Shan nos lo dice:
Hablar de comida no te llena.
Hablar de ropa no te protege del frío.
Es cuando comes arroz que te sacias.
Es usando ropa que te proteges del frío.
Si uno ni piensa ni se hace preguntas,
se contenta con decir que la búsqueda de Buda es difícil.
Volved al corazón, ahí reside Buda.
En vano, lo buscamos en el exterior.
Os deseo a todos una buena semana.
De mi alma a tu alma. Raphaël.